El ejercicio controlado como sinónimo de salud
El sedentarismo es la falta de actividad física regular, definida como: “menos de 30 minutos diarios de ejercicio regular y menos de 3 días a la semana”. La falta de ejercicio o sedentarismo disminuye la capacidad de adaptación a cualquier actividad física, iniciando un círculo vicioso.
Está comprobado que los estilos de vida sedentarios constituyen una de las 10 causas fundamentales de mortalidad y discapacidad; constituyendo el segundo factor de riesgo más importante de una mala salud, después del tabaquismo.
Según la O.M.S. la actividad física regular:
- reduce el riesgo de muerte prematura.
- reduce el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular
- contribuye a prevenir la hipertensión arterial.
- contribuye a prevenir la aparición de la osteoporosis
- disminuye el riesgo de padecer dolores lumbares y de espalda
- contribuye al bienestar psicológico, reduce el estrés, la ansiedad, la depresión, y los sentimientos de soledad
- ayuda a controlar el peso disminuyendo el riesgo de obesidad
- ayuda a desarrollar y mantener sanos los huesos, músculos y articulaciones.
La importancia del ejercicio radica en el hecho de que es una de las mejores maneras de poner en movimiento al organismo, gastando las energías que se acumulan debido al consumo de productos grasos y estimulando el funcionamiento adecuado de todos sus órganos y tejidos.
Existen equipos que se encargan de recopilar información de la actividad física propia y de otros parámetros, como los relacionados con los hábitos alimentarios, de manera que se puede alcanzar un control del movimiento diario y analizar cuál es el comportamiento más saludable. Es una información muy útil para usuarios que quieran mejorar su calidad de vida y bajar de peso, o modificar algunos patrones de conducta para poder elevar su actividad física.